Un día de trabajo en la clínica de Kitrinos Healthcare en el campo de refugiados de Sinatex
El equipo Kitrinos, sale de la casa de voluntarios y se dirige al campo de refugiados de Sinatex. Una vez allí, tras pasar el control policial y presentar nuestras credenciales, abrimos la clínica. Sus instalaciones son sencillas pero muy completas, hechas con habitáculos prefabricados. Tenemos un cuarto para la recepción de los pacientes y el trabajo administrativo, otro para enfermería y otro cuarto de exploraciones para la consulta médica. También dispone de un espacio dedicado a la farmacia, dónde se almacenen los medicamentos y el material sanitario.
El día comienza con una reunión que dirige el coordinador para repasar la actividad programada para ese día: A veces hay que llevar a pacientes al hospital para realizar análisis de sangre o a citas con especialistas. Otras veces hay pacientes ingresados en el hospital y hay que ir a la hora de visita del médico para saber cómo evoluciona. Se asigna la tarea que realizará cada miembro del equipo y se comienza con la actividad de la clínica.
Llegan los primeros pacientes y los recibe alguno de nuestros traductores. La labor de los traductores es fundamental, el idioma en el que trabaja el equipo Kitrinos es el inglés, y para comunicarse con los pacientes, necesita traducción. Los refugiados que hay en la mayoría de los campos de Grecia hablan árabe o kurdo. Muy pocos saben hablar inglés, pero siempre hay alguno que lo habla bien y Kitrinos le ofrece trabajar como traductor para el equipo.
Se van registrando los nombres en el libro de pacientes y por orden, pasan al cuarto de enfermería, dónde se les pregunta el motivo de consulta. Los que precisen atención médica, pasarán a ser atendidos en el cuarto de exploraciones.
Tras la primera valoración por enfermería hay muchas cosas que se resuelven sin consulta médica. Algunos acuden para control de constantes, para retirar su medicación ya registrada cómo tratamiento crónico, para pedir leche en polvo para bebés, para cura de heridas, retirar suturas… o para consultas de salud que no requieren atención médica.
El resto de pacientes pasan a la consulta con el médico. La mayoría de los motivos de consulta son patologías agudas (gastroenteritis, infecciones de orina, catarros de vías altas, dolores osteomusculares, dolores abdominales…) Otros precisan seguimiento por su patología crónica (diabetes, hipertensión, cardiopatías, asma, alteraciones de tiroides…) También nos encontramos con muchos problemas de salud mental (ansiedad, depresión, insomnio…) casi todos derivados del síndrome de estrés postraumático. A las mujeres embarazadas se les realiza seguimiento del embarazo y posteriormente, del neonato y del puerperio. Una de las particularidades de los campos de refugiados, que no había visto nunca, son las secuelas por heridas de bomba.
Tras atender a cada paciente, le damos la medicación que precisa y registramos todo en su historia digital para que quede constancia. En general son problemas de salud sencillos fáciles de resolver, pero hay también situaciones especiales con problemas de salud más complejos, a los que se intenta acompañar y apoyar durante todo el proceso, aunque no se lo podamos resolver nosotros. Si precisa estudio analítico, de imagen o atención especializada, se registra la consulta en su historia y se escribe un informe de derivación para el servicio sanitario griego. Parte del equipo gestionará las citas que precise y más tarde se le acompañará.
Además de los pacientes con problemas médicos que se acercan a la clínica, son muchos los refugiados que se acercan por otros motivos, muchos sólo necesitan que les dediquemos un rato de atención. Y es que creo, que la PRESENCIA de Kitrinos, es la mejor medicina de su farmacia. El tener allí en el campo, a un equipo de voluntarios a diario, que se preocupa por los problemas de salud de los refugiados y que intenta ayudarles a resolverlos… es un gran apoyo que agradecen de corazón.
Termina el trabajo en la clínica con otra reunión repasando lo más destacable del día, organizando las citas o analíticas que hayan surgido, comentando los casos que precisen mayor atención o seguimiento por su complejidad médica o social y coordinando quién va a encargarse de cada tarea o de cada caso.
Nos vamos de vuelta a casa y en las cabezas de casi todos desfilan las personas que hemos tratado durante el día. ¡Porque son personas! Cuando se habla de refugiados en general, a veces se olvida que son personas reales… Pero allí, los empiezas a conocer con nombre propio, empiezas a conocer sus historias, y por desgracia, nuestro trabajo como sanitarios, nos muestra situaciones muy duras… Y te haces mil preguntas, no entiendes por qué tanta injusticia, te gustaría hacer más para que su situación cambie y aunque repases lo que has hecho durante el día y el cariño que has dado a cada persona que has tratado, ves que es muy poco lo que puedes hacer por ellos… ¡ y te da rabia!
Pero en esos momentos, hay una frase de Santa Teresa de Calcuta, que a mí me ha acompañado y me ha ayudado a seguir adelante:
“A veces sentimos que lo que hacemos es una gota en el océano… Pero el océano sería menos sin esa gota. “
Así que, al llegar a casa, descansamos y volvemos al campo al día siguiente, para intentar aportar otra gota. Y eso sigue haciendo, día tras día, el equipo Kitrinos. Con voluntarios diferentes pero siempre con su PRESENCIA.
Una respuesta a “LA CLINICA”