«Un infierno para los refugiados y una vergüenza para Europa»

No encuentro mejor descripción que estos dos adjetivos para el campo de refugiados de Moria. Muchos, lo han calificado como el peor campo de refugiados del mundo. Desde luego, es el peor en el que yo he trabajado.

Moria es un lugar gris y hostil, lleno de vallas y alambradas de espino, que se asemeja más a una cárcel que a un lugar de acogida. Con capacidad para 3000 personas, Moria se encuentra desbordado con 9000 refugiados que residen allí a la espera de que le den respuesta a su situación. Las condiciones de vida son infrahumanas. Nada más entrar, se huele y se aprecia la miseria en la que viven hacinadas miles de personas.

Cada día en Moria es un reto de supervivencia, en el que las actividades básicas de la vida diaria se vuelven toda una hazaña a superar.  Sus residentes, deben esperar largas colas de hasta cuatro horas para cada comida del día, y según  cuentan los propios refugiados, son escasas y de mala calidad, se reducen básicamente a un arroz hervido con algún acompañamiento. Muchos pacientes con dificultades de movilidad, venían a la clínica pidiendo informes sobre su situación de salud para poder conseguir la comida sin hacer las colas, pero lo cierto es que esos informes no eran efectivos. Los altercados en las colas de la comida son frecuentes, y a veces hemos tenido que atender heridos por ese motivo. La higiene personal, supone otro reto en Moria, con una ducha para cada 80 personas y un servicio para cada 70, es normal ver en la consulta los problemas de estreñimiento crónico que veíamos y las continuas infecciones en la piel. Además las instalaciones no están preparadas para tantas personas y todas las mañanas tiene que ir un camión cisterna al campo para desobstruir las cañerías que continuamente se desbordan.

En cuanto al alojamiento, los más afortunados duermen en un isobox que tienen que compartir con muchas más personas de las que deberían por condiciones higiénicas y de dignidad. Otros comparten unas tiendas grandes con cabida para muchas personas y otros duermen en pequeñas tiendas de unos dos metros cuadrados. Muchos improvisan un espacio en el que refugiarse utilizando sólo una lona o plástico que cuelgan entre dos tiendas, o descansan en cartones bajo los isobox. Al caminar por el campo, se aprecia el hacinamiento, encuentras lonas acopladas en todos los huecos,  pequeños iglús en mitad de las calles e incluso se ve a personas recogiendo sus cartones tras pasar la noche a la interperie. Pero a pesar de ello, siguen sin caber dentro del campo todas las personas que llegan a Moria, así que los últimos, se instalan en un asentamiento de tiendas que ellos mismos se fabrican con palos y lonas de plástico en el campo de olivos que hay junto al campo.  Estas condiciones de vida, pueden llegar a empeorar mucho con la lluvia, el viento y el frío del invierno. El campo se inunda, el agua se cuela por las lonas de plástico y la humedad entra hasta lo más profundo de los huesos.

Las colas son continuas en Moria, no sólo para la comida o los baños, cualquier trámite requiere una larga espera. En nuestra clínica la gente espera desde las 7 de la mañana en la cola, la clínica abre de 9 a 5 de la tarde y esperan con paciencia el paso de las horas hasta que les llega su turno. Pero la peor espera, es la burocrática; cuando llegan los refugiados al campo de Moria, la policía les incorpora al registro y luego tienen que esperar meses para dos entrevistas muy importantes: La primera, será la visita oficial con el sistema sanitario Griego para determinar su estado de salud y valorar si por sus condiciones sanitarias precisa acelerar su transferencia al continente, pero esa cita no la tendrán hasta unos 4 meses después de su llegada. Y la segunda cita importante, la tienen con migración para determinar su condición de refugiado, pero no será hasta casi un año más tarde, en torno a los 10 meses…. Yo misma, he visto este mes de septiembre citas para finales del mes de mayo de 2019. Moria en sí, es una eterna espera.

En Moria conviven una diversidad de nacionalidades  y culturas sorprendente, además, todos huyen de situaciones terribles, guerras, torturas, acosos, violaciones, secuestros, trata humana…  Esta compleja población, las dramáticas situaciones personales, y las condiciones de vida inhumanas que encuentran en Moria, hacen que el día a día esté lleno de tensiones y que el nivel de sufrimiento de sus residentes sea extremo.

Pero lo más sorprendente es que esto está pasando en Europa, en nuestra moderna, civilizada y avanzada Europa. Estas condiciones de vida indignas de Moria son  la “acogida” que encuentran los refugiados al llegar a las puertas de su soñada Europa. Ésta, es la respuesta que nuestras instituciones dan al drama migratorio que llega a nuestras fronteras. Ésta, es  la forma que tienen de mantenerlo bien lejos, para que no nos afecte y para que no nos moleste. Esta respuesta, ¡es una vergüenza!

 

 

 

 

 

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Imagen de Twitter

Estás comentando usando tu cuenta de Twitter. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s